CONOCIENDO A TRICIA RÖDBRUN

Puede decirse que, hoy, inauguro una nueva sección en el blog, no se con qué frecuencia publicaré en ella, pero me apetecía mucho tener un espacio así aquí.

Y para comenzar, hoy os presento a Bea, una profesora de dibujo con muchas ganas de experimentar. Un día, nos encontramos en Instagram, me puse a cotillear su perfil y quedé enamorada de sus ilustraciones. Por eso, hoy me gustaría presentárosla, para que así conozcáis su bonito trabajo. Podéis ver más ilustraciones en su perfil de Instagram , en su página de Facebook, o seguir su blog. Ella misma será la encargada de contarnos su historia, sus gustos, inspiraciones...

   En las redes sociales soy Tricia Rödbrun, pero mi nombre real es Bea. Soy de Galicia y tengo 27 años.

   Trabajé 3 años haciendo diseño gráfico, pero lo he cambiado por hacer lo que realmente me gusta: enseñar. Doy clases de dibujo, pintura e informática en un colegio de primaria, y dos veces por semana, doy clases de pintura en una Asociación de vecinos a niños y a adultos. Hago cuadros e ilustraciones por encargo, y mentiría si digo que todo esto no me hace feliz.

   Me encanta todo lo que tenga que ver con las artes plásticas. Adoro leer y escribir. Me gusta viajar, aunque tengo un pánico absurdo por los aviones, y desde hace una temporada, me he vuelto adicta a la repostería, a pesar de que hasta ahora me ha dado más fracasos que éxitos. Desde que era pequeñita tuve curiosidad por el dibujo y la pintura, así que me apunté a clases, y ya no las dejé hasta que empecé a estudiar Bellas Artes.

   A pesar de haber pasado más de media vida dibujando, nunca me planteé estudiar una carrera relacionada con el arte. De hecho, me llevé el disgusto de mi vida cuando vi que me habían aceptado antes en Bellas Artes que en el resto de carreras que había solicitado (mi madre todavía recuerda mis lagrimones…y sigue sin entenderlos). El caso es que entré, y a los dos días de estar allí, supe que ya no quería estar en otro sitio que no fuera aquella facultad. Yo no sabía apenas nada de arte, sólo sabía que me gustaba aquello, y pensaba aprovechar al máximo los siguientes 5 años allí.

   Nunca tuve muy claro qué quería decir realmente con lo que hacía; la mayoría de los profesores se empeñaban en decirnos que el arte tenía que denunciar algo, pero a mí nunca me gustó eso de denunciar nada; no creo siquiera que con el arte tengas que expresar esa parte más profunda de tu universo. El arte se trata de que te lo pases bien haciendo lo que te gusta, y que lo transmitas. Yo seguía con mi idea de “no denunciar” nada, así que decidí ir por libre: metí todo lo que me gustaba en la Thermomix, y de ahí salió lo que he venido haciendo hasta hoy, lo que suelo llamar “imagen narrativa”; me gusta dibujar e interpretar aquello que leo, que escribo, que escucho, frases sueltas,… y empecé a probar, a dejar que la imagen y el texto compartieran el mismo espacio, y quizá, desde ese momento, empecé a interesarme por la ilustración. Llevé este tema a diferentes terrenos: escultura, fotografía,… pero es con el dibujo y la pintura con lo que me siento más cómoda… ¡de momento!

   Pruebo un montón de técnicas, hoy acuarelas, mañana collage, pasado mañana digital y la semana que viene me monto un lienzo y me paso al acrílico.

   No considero que tenga un estilo propio, más bien, tengo un batiburrillo de ideas en la cabeza que todavía están por ordenar, así que experimento, y así puedo decidir qué me gusta y qué descarto, con que me siento cómoda y con qué no.

   Tampoco puedo decir que tenga uno o dos referentes en concreto, tengo tantos y tan diferentes, que me quedaría sin aire si intentara nombrar sólo una cuarta parte; con algunos me enfado por momentos y volvemos a hacer las paces pasado un tiempo (o no), y cada día llegan otros nuevos para quedarse.  Me gusta todo de Van Gogh, en ilustración me quedaría con dos polos opuestos como Miguelanxo Prado o Elena Odriozola, el cine, los libros… y otras veces me llega con escuchar una conversación de fondo para que me ponga a darle forma. Dicho así parece que soy de “inspiración fácil”, pero me cuesta un montón arrancar y empezar a trazar las primeras líneas en un papel en blanco, pero una vez que empiezo ya no puedo parar.

   He probado con algo de ilustración infantil para un par de cuentos y he diseñado algún personaje y juegos infantiles, desde hace unos años también me he aficionado a los cómics, y al mismo tiempo, sigo pintando cuadros, procurando que todo tenga su parte narrativa, que al fin y al cabo es el nexo común de todo mi trabajo.

   He participado en varias exposiciones colectivas en los últimos años con “pintura narrativa”; para la última, rescaté un proyecto que había dejado sin acabar hace siete años y al que le tenía muchas ganas: retratos de las costumbres de mis abuelas, al modo de “señoras que” de facebook.

   Ahora, llámame friki, estoy preparando una serie sobre mi perro, mi compañero de viaje y también mi inspiración, ¡tarde o temprano tendría que hacer algo con él! Al mismo tiempo, me estoy dando a conocer en las redes sociales y, gracias a eso, me están saliendo más encargos así que, ¡bienvenidos sean! Tengo un blog en el que voy subiendo de vez en cuando algún post; soy una chapucillas, así que subo sobre todo entradas con DIY, pero también hablo un poco de mis ilustraciones y mis fracasos gastronómicos. Es cierto que no le puedo dedicar todo el tiempo que me gustaría a las redes sociales, pero poquito a poco voy subiendo contenido y enseñando un poco más de lo que hago y de lo que me gusta.

   Después de todo este tiempo, considero que sigo siendo  una aficionada; todavía tengo un largo camino por andar y me queda aún mucho que aprender, pero tengo toda una vida por delante para hacerlo.