Vivir en un pequeño apartamento de apenas 30 metros cuadrados, que transmita la sensación de querer mudarse allí ya mismo y, decorado con un presupuesto modesto, es posible, y si no os lo creéis, acompañadme por este recorrido.
La disposición del espacio, y, sobre todo el ingenio de su dueña, Akhira, una diseñadora neoyorquina, hacen de este estudio una vivienda muy cálida y acogedora en la que el tamaño no importa.
La multitud de detalles combinados entre sí, hace que el eclecticismo se apodere de este apartamento, y eso es lo que me ha llamado la atención. Es un hogar que transmite vida, una vivienda real plagada de motivos personales, como las que a mi me gustan.
La disposición del espacio, y, sobre todo el ingenio de su dueña, Akhira, una diseñadora neoyorquina, hacen de este estudio una vivienda muy cálida y acogedora en la que el tamaño no importa.
La multitud de detalles combinados entre sí, hace que el eclecticismo se apodere de este apartamento, y eso es lo que me ha llamado la atención. Es un hogar que transmite vida, una vivienda real plagada de motivos personales, como las que a mi me gustan.
¡Feliz miércoles!